GALOS Y ROMANOS - EL MITRAÍSMO Y CRISTIANISMO
GALOS Y ROMANOS
Existe una vaga idea del origen de los celtas, se cree que aparecieron al este de Europa en el segundo milenio a.C. y que migraron hasta llegar a Francia en el s. VII a.C.
Los primeros celtas llamados parisii (barqueros) ocuparon lo que es la Île de la Cité en Paris, viviendo de la pesca y el comercio.
Las continuas luchas de galos y romanos cesaron cuando Julio Cesar truncó una rebelión celta liderada por Vercingetórix. Ya con el control romano la ciudad del Sena prosperó como ciudad romana con el nombre de Lutecia (morada de las aguas medias).
A mediados del s. III el ataque de los francos y germanos desde el Este provocó que los habitantes se refugiaran en la Île de la Cité, reforzando su defensa con murallas de piedra.
EL MITRAÍSMO Y CRISTIANISMO
El mitraísmo, adoración al dios Mitra, es originario de Persia. La conquista romana de Asia provocó que comerciantes, esclavos y mercenarios romanos fuesen atraídos por esta nueva religión, siendo la mayor rival a la religión cristiana.
El afán de sus seguidores por mantener en secreto esta religión hace que lo poco que conozcamos sea gracias a imágenes representadas en templos o santuarios, Mitra es representado sacrificando un toro blanco frente al Dios Sol, de la sangre brotan cereales y uvas. También aparecen imágenes de Luna (esposa de Sol) iniciando su ciclo, lo cual representa el inicio del tiempo.
El mitraísmo y el cristianismo son religiones muy parecidas, coinciden en que en ambas el 25 de diciembre nace un profeta (Mitra) que une al hombre con un Dios (Ahura Mazda). En la idea de muerte y resurrección, también celebran un ritual similar al bautismo, y en la liturgia celebran frecuentemente una comida (comunión) de pan y agua. Además, el día sagrado en el mitraísmo también es el domingo.
El mitraísmo fue desplazado por el cristianismo, siendo una religión prohibida desde el año 391, aunque seguía siendo practicada en la clandestinidad.