La expresión “Echar el muerto...”
Seguro que hemos oído alguna vez la expresión “echar el muerto...”, generalmente terminada con “...a alguien”.
Como sabemos, cuando echamos el muerto a otra persona, lo que estamos haciendo es quitarnos el problema de encima, pero no porque el problema haya dejado de existir sino debido a que se lo pasamos a otro.
Su origen se remonta a la edad media. Resulta que había una ley que decía que si aparecía en un pueblo una persona sin vida y con signos de haber sufrido una muerte violenta, todo el municipio debía de pagar una multa al rey. Aquella multa se llamaba “homicidius”. Así que visto lo visto, lo que se hacía era deshacerse del cadáver echándoselo a pueblo de al lado.
Sin muerto, ya no había multa.