Nannerl, la hermana de Mozart.
Al igual que su hermano, Wolfgang Amadeus, María Anna Mozart, “Nannerl”, fue una niña prodigio al piano. Sin embargo, su padre, en vista del talento de Wolfgang, la relegó a un segundo plano.
Cuando sucedió el hecho que a continuación vamos a relatar, Nannerl tenía tan solo 7 años. Muy probablemente, este sería el punto de inflexión que marcaría la tendencia del padre hacia uno de sus hijos.
Un día, al mismo tiempo que Nannerl estaba recibiendo una clase de música de su padre, su hermano, todavía un bebé, estaba en un banco escuchando. Cuando terminaron, Wolfgang se levantó e interpretó los ejercicios de su hermana a la perfección. Entonces su padre lo cogió y dijo: “¿Quién habría pensado que el bebé entendía lo que estaba enseñando a Nannerl?”
Antes de cumplir los 4, su padre ya empezó a enseñar a su hermano.
Aunque los dos hermanos viajaron por Europa dando conciertos, el hecho de ser mujer la impidió desarrollar su talento. Si no se tenía que quedar con su padre, lo tenía que hacer con su madre. La realidad era que mientras su hermano daba conciertos en otras ciudades, Nannerl no podía continuar con su carrera. En aquellos años, cuando una mujer llegaba a la edad de contraer matrimonio, debía dedicarse a su familia.
Para mostrar un ejemplo de cómo el propio Wolfgang alababa a su hermana, hemos escogido un fragmento de en una carta que el hermano envió a Nannerl. Está fechada el 7 de julio de 1770:
“Verdaderamente me asombró saber que supieras componer tan bien, en una palabra, la canción que escribiste es preciosa; deberías intentarlo más menudo…."