La Cenicienta por ACADEMIA ANAYET
PERRAULT
Perrault es conocido ante todo por sus cuentos, entre los que figuran Cenicienta, Piel de Asno, Pulgarcito y La bella durmiente, que él recuperó de la tradición oral en Historias o cuentos del pasado (1697) y conocidos también como Cuentos de mamá Oca. Llegó a ser miembro de la Academia Francesa. Su mayor fama la logró escribiendo y contando cuentos especialmente para los niños.
Los cuentos de Perrault gustaron mucho, pero ni él mismo pudo imaginar que sus historias infantiles llegarían a perdurar a través de los siglos, puesto que hace trescientos años que Perrault publicó sus Cuentos de antaño, en los que aparecieron La bella durmiente del bosque, Caperucita Roja, Riquete el del copete, El gato con botas, Cenicienta y Pulgarcito.
Con su literatura infantil, Perrault desarrolló la imaginación de muchísimos niños.
Gracias, Perrault, por habernos dado una infancia tan mágica.
LE CENDRILLON
Il était une fois, il y a longtemps, une belle jeune fille, si belle que les mots ne peuvent le décrire. Elle s'appelait Cendrillon.
Cendrillon était pauvre, n'avait pas de parents et vivait avec sa belle-mère, une veuve très acariâtre qui donnait toujours des ordres et faisait toujours pleurer tout le monde.
Avec la belle-mère vivaient ses deux filles, qui étaient très laides et insupportables. Cendrillon faisait le travail le plus dur de la maison. Tous les jours elle nettoyait la cheminée, ses vêtements étaient tachés, alors les gens la surnommaient Cendrillon. Elle n'avait que deux amis, deux belles souris qui vivaient dans un trou de la maison.
Un jour, le roi de la contrée invita toutes les filles du royaume à un grand bal qui se déroulerait dans le palais royal.
Le but de ce bal était de trouver une épouse pour le fils du roi, le prince !
Cette nouvelle parvint aux oreilles de Cendrillon qui était très heureuse. Pendant un moment, elle rêva qu’elle serait la future épouse du prince, la princesse !
Mais, malheureusement, les choses ne sont pas si faciles pour notre amie Cendrillon.
La belle-mère de Cendrillon dit d’un ton méchant et cruel : « Cendrillon, tu n’iras pas à la fête du prince, tu resteras à la maison pour laver les planchers, enlever le charbon et les cendres du foyer de la cheminée et tu nous prépareras le dîner pour quand nous reviendrons. »
Cendrillon pleura à chaudes larmes toue la luit dans sa chambre, elle était très triste parce qu’elle voulait aller au bal afin de rencontrer le prince.
Quelques jours après, arriva le moment tant espéré du bal.
Cendrillon regardait ses demi-sœurs essayant de s’apprêter au mieux, c’était impossible parce qu’elles étaient très laides.
Le soir venu, sa belle-mère et ses demi-sœurs partirent pour le palais du roi, et Cendrillon, seule à la maison, commença à pleurer et pleurer.
Entre les larmes et les pleurs, elle dit à haute voix : « pourquoi je suis si triste ? S’il vous plaît, s’il existe un être magique qui puisse m’aider ? »
Soudain, quelque chose d’incroyable se passe : une fée marraine très bonne et puissante apparaît.
Et sa voix douce et agréable dit : « Cendrillon ne pleure pas, je vais t’aider. »
Vraiment ? Cendrillon dit : « je n’ai pas de robe pour le bal et mes chaussures sont toutes usées. »
La fée sortit sa baguette magique et toucha doucement ses cendres, et… ! C’est un miracle ! Une magnifique robe est apparue autour du corps de Cendrillon avec de jolies chaussures de verre.
Maintenant, tu peux aller au bal, mais il faut que tu saches une chose très importante : ta robe va se transformer en haillons à minuit. Et il y a autre chose que tu dois savoir, devant la maison une voiture t’attend pour t’emmener au grand bal du palais, mais à minuit elle deviendra une citrouille.
Quand Cendrillon arriva au palais, elle fit une grande impression sur toutes les personnes présentes, ils n’avaient jamais vu une telle beauté. Cendrillon était très belle !
Il n’a pas fallu longtemps au prince pour se rendre compte de la présence de cette belle jeune fille. Il s’approcha d’elle et l’invita à danser.
Cendrillon dit : « oui, oui ! » et ils dansèrent toute la nuit.
Les sœurs de Cendrillon ne la reconnaissant pas, elles demandèrent qui était cette belle fille.
Mais… oh, il est presque minuit, la robe va devenir un chiffon et la voiture se transformera en citrouille.
« Oh, mon Dieu ! je dois y aller » dit Cendrillon.
Elle courut hors de la salle de bal, descendit les escaliers vers la sortie du palais, dans sa fuite, elle perdit une chaussure de verre. Le prince la retrouva et la ramassa.
A partir de ce moment, le prince savait que la jeune fille de la chaussure serait la future princesse. Mais il ne connaissait pas son nom, et encore moins où elle vivait.
Pour retrouver la belle jeune fille, le prince mit au point une stratégie. Il épouserait celle qui pourrait mettre la chaussure.
Il envoya ses serviteurs dans tout le royaume. Toutes les jeunes filles et les femmes ont essayé la chaussure, mais il n’y avait personne pour la porter.
Après quelques semaines, les serviteurs du prince arrivèrent chez Cendrillon.
La belle-mère appela ses laides filles pour prouver qu’elles étaient les propriétaires du soulier, mais évidemment la chaussure ne rentrait pas du tout.
L’un des serviteurs du prince vit Cendrillon dans un coin de la maison et dit : « Eh bien, vous devez aussi essayer le soulier. »
La belle-mère et ses filles dirent : « s’il vous plaît ! Comment Cendrillon peut-elle être la fille que cherche le prince ? Elle est pauvre, elle est toujours sale et n’était pas venue au palais. »
Mais quand Cendrillon essaie la chaussure, elle lui va à la perfection, toutes les personnes présentes furent surprises : « Oh ! C’est elle ! La future princesse ! »
Immédiatement, elle fut emmenée au palais et quelques jours après, elle épousa le prince et se transforma en une princesse.
Jamais plus, Cendrillon ne revit sa belle-mère, elle vécut heureuse au palais jusqu’à la fin de ses jours.
FIN
CENICIENTA
Érase una vez, hace mucho tiempo, una joven muy hermosa, tan hermosa que no existen palabras para poder describirla. Se llamaba Cenicienta.
Cenicienta era pobre, no tenía padres y vivía con su madrastra, una viuda muy cascarrabias enojada que siempre daba órdenes y que hacía llorar al todo el mundo.
Con la madrastra también vivían sus dos hijas, que eran muy feas e insoportables. Cenicienta hacía el trabajo más duro de la casa, como limpiar todos los días la chimenea por lo que su ropa siempre estaba manchada. La gente la llamaba Cenicienta. Cenicienta tenía sólo dos amigos, dos hermosos ratones que vivían en un agujero de la casa.
Un día, sucedió algo, el rey del lugar, conocido por todos los lugareños, invitó a todas las jóvenes a un gran baile que se celebraría en el palacio real.
El propósito del baile era encontrar una esposa para el hijo del rey, ¡el príncipe!
La noticia llegó a oídos de Cenicienta y se puso muy muy contenta. Por un momento, soñó que sería la futura esposa del príncipe, ¡la princesa!
Pero, por desgracia, las cosas no eran tan fáciles para nuestra amiga Cenicienta.
La madrastra de la Cenicienta le dijo con un tono malvado y cruel:
-Cenicienta, no vas a la fiesta del príncipe, te quedarás en casa fregando el suelo, limpiando el carbón y las cenizas de la chimenea y preparando la cena para cuando volvamos.
Cenicienta lloró a moco tendido toda la noche en su habitación, estaba muy triste porque quería ir al baile y conocer al príncipe.
Después de unos días llegó el momento esperado: el día del baile.
Cenicienta veía sus hermanastras que intentaban ponerse guapas pero era imposible porque eran muy feas.
Por la noche, su madrastra y hermanastras fueron a la casa del rey, y Cenicienta, sola en casa, comenzó a llorar y llorar.
Entre lágrimas y llanto, dijo en voz alta: - ¿Por qué estoy tan triste? Por favor, ¿hay un ser mágico que pueda ayudarme?
De repente, sucedió algo increíble, un hada madrina muy buena y poderosa apareció.
Y con su voz suave y agradable dijo - No llores Cenicienta, yo te ayudo.
¿En serio?- dijo Cenicienta -No tengo un vestido para el baile y los zapatos están todos rotos.
El hada sacó su varita y tocó suavemente sus cenizas, y.... ¡Es un milagro! Un hermoso vestido apareció en el cuerpo de la Cenicienta y unos preciosos zapatos de cristal.
-Ahora puedes ir al baile, pero una cosa muy importante: tu vestido se convertirá a las doce en harapos. Y hay algo más que debes saber, delante de casa te espera un coche para que te lleve al gran baile en el palacio, pero a las doce se convertirá en una calabaza.
Cuando Cenicienta llegó al palacio, causó gran impresión a todos los asistentes, nunca antes habían visto tanta belleza ¡Cenicienta era hermosa!
El príncipe no tardó mucho en darse cuenta de la presencia de esta hermosa muchacha. Se acercó a ella y le preguntó si quería bailar.
Cenicienta dijo ¡sí, sí! Y bailaron toda la noche.
Las hermanas de Cenicienta no la reconocieron, y preguntaron quién sería tan hermosa muchacha.
Pero.... oh, es casi de noche, el vestido se convertirá en un trapo, y el coche en calabaza.
Oh, ¡Dios mío! ¡Me tengo que ir!-dijo Cenicienta.
Ella se apresuró a salir del salón de baile por las escaleras hacia la salida del palacio, en su huida perdió un zapato de cristal, que encontró el príncipe y lo recogió.
A partir de ese momento, el príncipe sabía que la muchacha del zapato sería la futura princesa. Pero el príncipe no sabía su nombre, y mucho menos donde vivía.
Para encontrar a la bella joven, el príncipe trazó un plan. Se casaría con quien pudiera ponerse el zapato.
Envió a sus siervos por todo el reino. Todas las muchachas y las mujeres se probaban el zapato pero no había nadie que pudiera ponérselo.
Después de unas semanas, los siervos del príncipe llegaron a casa de Cenicienta.
La madrastra llamó a sus feas hijas para demostrar eran las dueñas del zapato, pero, obviamente, no les cabía a ninguna.
Uno de los siervos del príncipe viendo en un rincón de la casa a Cenicienta, dijo: -Bueno, también tú debes probarte el zapato.
La madrastra y sus hijas, dijeron:-¡Por favor! ¿Cómo va a ser Cenicienta la muchacha que busca el príncipe? Ella es pobre, siempre está sucia y no estuvo en el palacio.
Pero cuando Cenicienta se pruebó el zapato y le encajó a la perfección, todos los presentes se sorprendieron ¡Oooh!, ¡es ella! ¡la futura princesa!
Inmediatamente fue llevada a palacio y en un par de días se casó con el príncipe, convirtiéndose en una princesa.
Nunca volvió con su madrastra y vivió en el palacio feliz hasta el fin de sus días.
VOCABULAIRE - CENDRILLON:
Cendrillon: Cenicienta
la belle-mère: la madrastra
veuve: viuda
farouche: huraño/a
un souris: un ratón
un trou: un agujero
les cendres du foyer: las cenizas del hogar (chimenea)
pleurer à chaudes larmes: llorar a lágrima viva, amargamente.
une fée marraine: un hada madrina
les chaussures de verre: los zapatos de cristal
haillons: harapos
une citrouille: una calabaza
emmener: llevar
essayer: probar